UN MUNDO FELIZ


UN MUNDO FELIZ

En la lucha de la vida nos encontramos
caminando sin descanso hacia lo que deseamos
ser felices es la meta que anhelamos
tener dominio del entorno y del hermano.

Queremos paz y armonía y explotamos nuestra casa
talamos y quemamos nuestros valles
oprimimos y explotamos al hermano
destruimos todo lo que encontramos.

Y hasta los virus desafiamos
sin darnos cuenta que la vida no perdona
y el castigo esta al a puerta
asechando nuestras casas.

y queremos salvarnos destruyendo empleos
con cuarentenas, distanciamiento y cuidado de manos
salvando economías y grandes capitales
y el hambre la miseria y la muerte en nuestras casas.

Sin saber que solo nos salvamos
y el poder está en las manos,
si cambiamos nuestra vida y nos solidarizamos
volviendo la mirada a lo que amamos.

solo cuidándonos y cuidando nuestro entorno
y al hermano, repartiendo la riqueza acumulada,
salvaremos nuestra patria el mundo que habitamos
para volver al campo y trabajar con nuestras manos.

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AMOR A LA VIDA

AMOR A LA VIDA

En medio de la soledad exterior
que nos conduce a un silencio interior
el cual ilumina el quehacer diario
de un pasado que creímos placentero.

Que en su bullicio y la rutina de la vida
pasó desapercibido y sin sentirlo
por el afán del consumismo y los placeres
agonizó y se extinguió la vida sin vivirla.

En lo más profundo del silencio del alma
un sentimiento adquiere sentido y cobra vida
es el amor por la vida que enternece el ser
Y en su ocaso se anhela verla crecer.

Sentimiento de ternura por seres indefensos
que dependen del cuidado y aprecio del humano
que sensibiliza y humaniza nuestro ser
y nos hacen solidarios y seres más humanos.

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PARA QUE OBEDECER

En esta época en que nos ha tocado vivir, es necesario más que nunca, cuestionarnos sobre el verdadero sentido de la palabra obedecer: la cual nos debe indicar que hay que acatar una orden, proveniente de una persona o entidad social que tiene autoridad sobre nosotros, y obedecer.

“Quien obedece no se equivoca” máxima que está relacionada con la obediencia que le debemos a Cristo, que también la podemos aplicar a toda persona o entidad que tenga autoridad sobre nosotros o la sociedad; siempre en cuando actué conforme a valores éticos y morales inspirados en el evangelio y el bien común. Valores y principios de los que adolece gran parte de nuestra sociedad.

Porque siempre tiene que haber sanciones para los infractores de las normas, ya no sabemos obedecer, tristemente demostrado en los miles de comparendos que las autoridades, han tenido que realizar a las personas que han infringido la norma de quedarse en casa, sin tener ninguna justificación.

Es claramente la falta de educación en cuanto al cumplimiento de la norma, que es útil y necesaria para el bien personal y social. La cual se dejó de enseñar. Empezando por la familia, la escuela y la sociedad.

En la familia pasamos de obedecer a los padres, tan pronto estos, nos daban una orden; a que ellos tengan que pedirles favores a los hijos e incluso rogarles para que cumplan una orden de convivencia familiar; “por favor no le pegue a su hermanita que a ella de duele.”

Lo que no aprendimos en la familia menos lo vamos a aprender y a aplicar en la sociedad, de allí la necesidad de los comparendos y las sanciones, porque no asumimos la norma como útil para el bien personal y social. Qué bueno que esta cuarentena nos sirva para al menos aprender a obedecer por nuestro bien y el de la sociedad.

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CAMBIO DE MENTALIDAD


CAMBIO DE MENTALIDAD

Todo ha de cambiar,
en un desierto en cuarentena
que nos ha de faltar: familia, ritos, tradiciones
todo esto ha de pasar.

Lo importante es la presencia del ser que siempre está
manifestado en la alegría de la solidaridad,
en el silencio del desierto nos debemos encontrar
alejados del ruido y la sociedad

y encontrarnos con el ser en la soledad
adorándolo en espíritu y verdad.
allí los ritos pasan a un segundo lugar
son apegos que conducen a alejarnos de la realidad.

En el desierto de la vida buscamos que realizar
y construimos, ritos, rutinas, tradiciones
para el tiempo devorar y pasar este rato, que es la vida,
sin mucha dificultad y olvidamos lo esencial,

el encuentro con la presencia Ser en relación
en nuestro cuarto interior, en el silencio y la soledad,
adorándolo en espíritu y en verdad:
en la solidaridad, el amor y la fraternidad.

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MOMENTOS


MOMENTOS

En la vida hay momentos para todo
es el momento para agradecer
cuando se pierde lo que nos sostiene
nos damos cuenta de que no se ha vivido.

Anhelamos, los abrazos, las caricias
el encuentro, disfrutamos al instante,
de la vida con el otro y de su mirada.

Gracias quiero dar por la vida dada
que es un regalo no anhelado
a la que hemos sido llamados.

Por mis padres, mis hermanos y amigos
que han partido que sus huellas han dejado
gracias por el amor entregado
 por los desengaños y regaños.

Por las alegrías, las tristezas
penas y lágrimas derramadas
por la familia que me fue dada
que dio sentido a mi vida derrumbada.

Por caricias, afectos y odios expresados
que calan la existencia y moldean
de experiencia y gratitud la vida
 por cada instante vivido y no expresado
gracias muchas gracias por el momento dado.
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NUESTRA BARCA


NUESTRA BARCA

Calados en el Hoyo vivimos solitarios
a veces en parejas a metros de distancia
asidos a las cosas, a dioses salvadores;

que esclavizan nuestro ser y enajenan el alma
en el presente a gran distancia nos encontramos
pero de mañana destrozamos nuestras manos.

Hoy nos destrozamos por el alimento diario
y culpamos al que tiene gasta demasiado
mañana vejamos y ahorcamos al hermano.

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VIRULENCIA
Corona, implacable virus que azota nuestro mundo,
Ocasionando a su paso muerte, miedo y desazón,
Rocío que en pequeñas gotas infecta lo que toca;
Ocasión de reflexión llamado a la conversión,
Nefasto enemigo que obliga al retiro y la oración,
Aplacando en nuestra barca el egoísmo general.

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