EL PERDÓN HUMANO
SE PUEDEN PERDONAR LAS OFENSAS
Pienso que para poder perdonar es necesario saber amar, que es difícil, ya que el amor que decimos tener a las personas está mezclado con el amor al otro y nuestro propio egoísmo; amamos pero estamos esperando siempre que el otro corresponda a nuestro amor.
Amamos siempre en cuando el otro satisfaga nuestras necesidades de aprecio, de reconocimiento y valoración. El verdadero amor es aquel que ama sin esperar ser amado, ama por que ha tomado la decisión de amar; como la madre que toma la decisión de amar a su hijo y lo ama a pesar de que éste no le corresponda suficientemente a su amor, quien ama, antes que pensar en si mismo, siempre piensa en complacer al ser amado y no busca su propio bienestar sino la alegría y la satisfacción de la persona que ama, es un amor de sacrificio, es oblativo, con capacidad de donarse y de entregarse por el otro.
Este es el verdadero amor el cual se nos ha manifestado en la persona del Hijo amado de Dios que vino y nos mostró cómo debemos amarnos, es aquel que es capaz de dar la vida por sus amigos, solo quien ama así es capaz de ofrecer el perdón, que es la consecuencia lógica del amor que se le tiene al otro, e incluso a los mismos enemigos.
La palabra perdonar está compuesta de dos palabras: el prefijo per y donar, esta última nos muestra que el perdón es una donación; es un regalo que se da, que el otro en muchos de los casos no merece, pero nosotros se lo damos, esto fue lo que hizo Dios por nosotros: sin merecer su perdón nos lo ofreció en su Hijo Jesucristo y por eso éste murió en la cruz para alcanzarnos el perdón de Dios.
El perdón por lo tanto es un don, es un regalo que el mismo Dios nos ofrece, que hay que pedirlo, ya que humanamente a veces nos es muy difícil perdonar muchas cosas; pero si pedimos la asistencia divina, éste nos concede tanto la capacidad de amar como la de perdonar.
GUSTAVONAR
DERECHOS DE LOS HIJOS
UN DERECHO DE LOS NIÑOS
Uno de los derechos fundamentales de los niños es el de contar con una familia nuclear, que le posibilite su manutención y el amor necesario para crecer en armonía consigo mismo y con su entorno.
Por esta razón es indispensable la familia compuesta por el padre y la madre para que los niños tengan el ambiente apropiado para poder crecer y desarrollarse como personas. No es del todo cierto el dicho de que la mujer puede hacer de padre y de madre a la vez, estas pueden ser muy buenas madres, pero la función del padre nunca la podrá realizar, igual ocurre con el hombre el cual puede ser muy buen papá pero el cariño y el afecto de la madre no lo puede reemplazar.
Los niños tienen el derecho de tener un padre y una madre Y crecer en un ambiente familiar que les posibilite su normal desarrollo, físico, mental y espiritual. Es necesario por tanto que los niños no solamente sean deseados sino que se les propicie un ambiente familiar donde se van a desarrollar como personas amadas por sus padres y educados en valores y medios de subsistencia que les van a posibilitar ser personas de bien para la sociedad.
En cuanto al amor que se les debe brindar a los hijos, sobre todo en su primera infancia, es conveniente tener en cuenta que en cuanto a la resolución del complejo de Edipo, según Freud, el cual en su teoría argumenta que el hijo varón de la primera persona que se enamora es de su propia madre, por lo tanto es de ella como el aprende a amar, y la hija mujer se enamora de su propio padre, de el recibe por tanto la capacidad de amar al sexo opuesto.
De igual manera el hijo hombre aprende a ser hombre mirando a su papá, a él le aprende valores como el trabajo, la responsabilidad, a ser esposo y padre. Y la hija mujer aprende a ser mujer mirando a la mamá, de ella aprende a ser madre, esposa etc.
Si en una familia por cualesquier circunstancia no está presente uno de los cónyuges, a los niños les será muy difícil aprender a ser hombres o mujeres, con capacidad de amar y de asumir sus propios roles en la sociedad, según el caso, ya que les estará faltando un modelo de identificación del cual puedan recibir afecto y cariño y de quien puedan aprender a asumir sus respectivos roles como hombre o como mujer.
Estos modelos de identificación los tendrá que buscar el niño en otras personas diferentes a sus progenitores como: familiares, profesores, en la televisión, amigos de la familia etc. Que en muchos de los casos pueden ofrecerles una mala orientación haciendo que los niños se desvíen y a veces caigan en el sin sentido de la vida, creándose personas amargadas, desubicadas que no van a saber situarse convenientemente en la sociedad.
Vale la pena reflexionar sobre la responsabilidad que implica el ser padres hoy, ya que está en juego el desarrollo biofísico, psíquico, espiritual y social de los hijos, para que estos sean hombres y mujeres de bien en la sociedad.
GUSTAVONAR
DULCE BÁLSAMO DEL ALMA
DULCE BÁLSAMO DEL ALMA
El amor que al final de la existencia
llénase de entusiasmo el alma conturbada,
bálsamo acariciante del dolor receta,
rejuvenece el cuerpo y la existencia muerta.
Las penas cual sombras ya fenecieron
cuando surge esperanzado el idilio,
es la vida que canta de contento
ante el encuentro con el ser amado.
Inigualable es el cariño hallado
donde quiere la juventud lozana,
fijarse extasiado en el adorado
Sin importar su vida ya cansada.
Amor que que vida da al ente humano
de aquel que ha vivido en la esperanza
hallando el éxtasis añorado.
Nada puede igualar este concepto
de este flamante amor tan esperado
que vuelve infante el corazón cansado.
Amor que a las puertas de lo eterno
revive el ser su existencia incierta
y vuelve a vivir esperanzado.
GUSTAVONAR
LA CORRECCIÓN FAMILIAR
%5B1%5D.jpg)
-
Es necesario que en la familia se sepa corregir con amor, pero para que esto se pueda dar se necesita que quien corrija sepa también elogiar y reconocer lo bueno que tienen los demás, que no corrija quien no sepa elogiar de vez en cuando. En este sentido no debemos olvidar que: el que nada positivo encuentra en los demás, tiene que replantear su vida desde los cimientos, algo en él no va bien, tiene una ceguera que le inhabilita para corregir.
-
Ha de corregirse con mucho cariño como cuando se crítica a un amigo, y no como si fuera el enemigo. Es necesario que la corrección sea serena y ponderada, sin precipitaciones y sin apasionamiento, muy cuidadosa, con el mismo primor con que se cura una herida, sin ironías ni sarcasmos, con esperanza de verdadera mejoría.
-
Tampoco debe darse la corrección sin antes hacer examen sobre la propia culpabilidad en lo que se va a corregir. Cuando algo marcha mal en la familia, casi nunca nadie puede decir que está libre de toda culpa.
-
Además, cuando uno se siente corresponsable de un error, corrige de forma distinta. Porque corrige desde dentro, comenzando por la confesión de la propia culpa. De este modo, el corregido entenderá mucho mejor, porque empezamos por compartir su error con el nuestro, y no lo verá como una agresión desde fuera sino como una ayuda desde dentro.
-
Resulta muy eficaz que en la familia haya fluidez en la corrección, que se puedan decir unos a otros las cosas con normalidad. Que los agravios o los enfados no se queden dentro de los corazones, porque esto genera rencores y resentimientos que impiden la aceptación de la propia responsabilidad en los actos que motivaron la corrección. Ésta también ha de ser cara a cara, pues no hay nada más sucio que la murmuración o la denuncia anónima del que tira la piedra y esconde la mano; se debe tratar con la persona interesada y en privado; y siempre sin comparar con otras personas: nada de "aprende de tu primo, que saca tan buenas notas, o del vecino de arriba que es tan educado..."
-
Ha de hacerse con mucha prudencia, antes de juzgar las intenciones y no hablar de lo que no se ha comprobado bien, pues corregir sobre rumores, suposiciones o sospechas, supone hacer méritos para ser injusto. La corrección deber ser específica y concreta, no generalizadora; sabiendo centrarse en el tema, sin exageraciones, sin superlativos, sin abusar de palabras como siempre, nunca... Conviene hablar de una o dos cosas cada vez, porque si acumulásemos una lista parecería una enmienda a la totalidad más que otra cosa; y sin reiterarlas demasiado, hay que darles tiempo para mejorar. Además, la excesiva redundancia se vuelve también contraproducente.
-
Por último, hay que saber elegir el momento para corregir o aconsejar, que ha de ser cuanto antes, pero siempre esperando a estar los dos tranquilos para hablar y tranquilos para escuchar; si uno está aún nervioso o afectado por un enfado, quizá sea mejor esperar un poco más, porque de lo contrario probablemente se estropeen más las cosas en vez de arreglarse. Corregir sí, pero siempre poniéndose antes en el lugar del otro, haciéndose cargo de sus circunstancias, procurando, como dice el refrán, calzar un mes sus zapatos antes de juzgar.
-
Actuando así, se corrige de modo distinto. Incluso veremos que muchas veces es mejor callarnos; hay quien dijo que si pudiéramos leer la historia secreta de nuestros enemigos, hallaríamos en sus vidas penas y sufrimientos suficientes como para desarmar nuestra hostilidad.
-
GUSTAVONAR
EDUCAR PARA LA VIDA
- LA FAMILIA AYER Y HOY
- A raíz de las disposiciones del gobierno sobre la hora en que se permite que los menores de edad se encuentren en la calle, que se ha establecido en muchas ciudades del país; es necesario reflexionar sobre esta situación, la cual nos conduce a pensar sobre la formación que se está dando a los adolescentes, en la familia y en el ámbito escolar ; al parecer los jóvenes se nos han salido de las manos y viven sin normas que los orienten; y es el gobierno el que tiene que imponer las leyes, las cuales se deberían fijar en la familia, ya que es ésta, la que tiene necesariamente que educar en la convivencia y ejercer la autoridad con los jóvenes y adolescentes, los cuales se están levantando sin pautas claras de comportamiento social; estamos asistiendo y miramos perplejos a una generación de adultos que fueron los últimos que obedecieron a sus padres y a una generación de adolescentes que son los primeros que mandan a sus progenitores.
- Los padres del siglo XXI de alguna manera invirtieron las cosas y muchos de estos ya no educan ni dan formación para la vida, es más importante para ellos que sus hijos los quieran, pareciese que lucharan a toda costa por ganarse el amor y el reconocimiento de sus hijos, por esto, su preocupación es llenarlos de afecto y bienestar, hacerles fácil la vida ahora, “como ya llorarán después”,, entonces hay que evitarles que lloren ahora, se les soluciona sus problemas, errores y fracasos, evitándoles a toda costa que sufran.
- Se trata de no descuidar ninguno de los dos aspectos, es necesario brindar afecto, mas no sobreproteger a los críos, es ineludible la formación para que ellos sean hombres y mujeres de bien, por esta razón es inexcusable la autoridad en la vida familiar y la creación de normas y sanciones, (sin caer en el maltrato familiar en el cual cayeron muchos de nuestros abuelos, “la letra con sangre entra”), normativas que posibiliten una sana convivencia en la familia y en la sociedad. Lo mismo que no debe faltar el amor que se debe brindar a los hijos, los cuales conviene que crezcan en un ambiente armónico, que les brinde seguridad y que estos se sientan muy amados por sus padres; para que este amor sea el fundamento, sea la base, sobre la cual se construya su personalidad, un amor incondicional juntamente con la normativa familiar; que más adelante les va a posibilitar el poder asumir las dificultades y hacer elecciones que la vida en su momento les va a presentar. De esta manera no será el gobierno el que prohíba a los muchachos y muchachas estar en la calle a altas horas de la noche, porque en la familia los adolecentes y jóvenes serán obedientes con sus padres y comprenderán la bondad de las normas, las cuales pretenden cuidarlos y evitarles los consiguientes peligros que trae la vida nocturna en la ciudad.
EL VERDADERO AMOR
