LAS MURALLAS DE CARTAGENA

LAS MURALLAS DE CARTAGENA

Admirada, exaltada, visitada,
en sueños y fotos siempre recordada,
ni en el sepulcro seré nunca olvidada.

Que hermosa soy, estoy bien enamorada,
el gran espejo del tiempo me idolatra,
honro mi silueta enorme y majestuosa.

Soy el ingenio de artistas e ingenieros
monumento para pasar a la historia;
una enorme masa de piedra caliza,

con ladrillos coralinos, de las canteras
extraídos, bloques unidos con argamasa
compuesta de arena, cal y sangre de esclavos.

Nací soberbia y en dos centurias terminada,
con bloques enormes, bellamente decorada,
y estoy con gigantescos cañones protegida,

que desafían el mar y el paso de los años;
pensada para defender mi adorada patria
de piratas ingleses, franceses y holandeses.

En mis muros miles de balas se incrustaron
y miles de piratas muertos me adoraron;
he visto las monarquías que terminaron,

cantidad de luchas pasaron a mi lado,
ideologías que de pronto florecieron
y fenecieron, autócratas e insurrectos,

militares de la patria y los presidentes,
son conducidos y arrastrados por la muerte,
que elude cobarde mi rostro perfilado;

todo va pasando, solo yo quedando,
reparada y esculpida por dos siglos,
con cuatro siglos de vida celebrando.

GUSTAVONAR
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