EN LA ANGUSTIA HAY QUE RELATIVIZAR Y SABER ESPERAR

Me ha causado un tremendo impacto el escuchar a diario las noticias a cerca de personas que han atentado contra su vida, ante las dificultades que la vida les presenta en su acontecer cotidiano; como es el caso aun reciente, de la persona que amenazaba con suicidarse ante los clientes y empleados de una entidad crediticia de la capital antioqueña, por el simple hecho de un desengaño amoroso y por las dificultades que tenía para conseguir un empleo que le posibilitara su supervivencia.

Casos como el antes citado nos llevan a reflexionar sobre la manera como se está educando a nuestros niños en su ambiente familias y escolar, para que estos ante las primera dificultad que les presente la vida, no acudan a extremos como el de pensar en dar por terminada su existencia o el de evadir sus responsabilidades por medio de la droga el alcohol, el materialismo , el consumismo u otros recursos que le ofrece nuestra sociedad de consumo, que les permiten escaparse y no asumir la construcción de su propia vida con un proyecto ambicioso y provechoso para si mismo y la sociedad.

Cabe preguntar a cada uno de los padres de familia y educadores en general, sobre la manera como están formando personas, capaces de asumir responsabilidades, con su propia vida y con el entorno que los rodea; o es que estamos orientando a nuestros niños de tal manera que les estamos evitando toda clase de sufrimientos, con la falsa premisa de que se les da todo lo que pidan y se les evita a toda costa el sufrimiento, para que ellos no pasen por las experiencias dolorosas que muchas de las veces nos ha tocado pasar a nosotros,¿ a caso esas experiencias dolorosas y sufrimientos no nos sirvieron para crecer y poder afrontar con valor y arrojo muchas otras angustias que la vida nos ha deparado?

Por qué razón entonces queremos evitárselas a nuestros hijos, privándolos de la oportunidad de crecer y afrontar el sufrimiento, para que más tarde en su edad adulta, no sucumban ante la primera dificultad que se les presente; acaso les podemos garantizar que siempre estaremos allí para evitarles el sufrimiento y cuando les faltemos ¿qué van a hacer los pobrecitos? ¡Seguramente se querrán morir junto con nosotros!

Es cierto que hemos venido a esta vida para ser felices, pero también es cierto que el sufrimiento existe y que todos de alguna manera tenemos que pasar por él y que es necesario por tanto, aprender desde la primera infancia, la manera de afrontarlo y asumirlo; para no sucumbir ante él, aquellos que no lo hacen son los caen en la desesperación, el estrés, la melancolía, por que asumen un papel de víctima, acusando a los demás de ser los causantes de su condición de infelicidad y no se dan cuenta de que ellos son los responsables de la situación de angustia que están viviendo, porque no tienen una actitud positiva ante la misma y al no reconocer su culpa, no son capaces de realizar acciones que les permitan salir de la postración en que se encuentran.

Toda persona posee la libertad de elegir su respuesta ante la situación de angustia que se le está generando, y esta respuestas pude ser positiva o negativa , de la cual dependerá su liberación interior o su postración, cayendo en el victimismo que lo llevará a hacia su perdición.

Casos como el del ex ministro de justicia Fernando Araujo, secuestrado por la FARC, y de muchos otros secuestrados que permanecen en cautiverio y que viven de la esperanza de su pronta liberación, nos dan ejemplo del positivismo como se deben tomar los acontecimientos, incluso los más dolosos como el del secuestro, son la prueba fehaciente de que ningún sufrimiento es superior a nuestras fuerzas, siempre en cuando nosotros no permitamos que ellos nos destruyan y acaben con nuestro deseo de vivir y de luchar para salir avante de cualquier situación que la vida nos presente.

Gustavonar