LA AUTORIDAD EN LA VIDA FAMILIAR

FAMILIA COMUNIDAD DE AMOR En el marco de las celebraciones que vivimos: día de la madre, día del padre, es conveniente que reflexionemos sobre el sentido de la autoridad en la vida familiar; autoridad que debe ser compartida por ambos cónyuges de común acuerdo sobre los límites y las normas que deben regir la vida familiar, sin desautorizarse el uno al otro, ya que esto lleva a que se pierda la autoridad y los hijos se revelen contra los padres.
Referente a lo anterior es bueno diferenciar sobre lo que es el poder y la autoridad, cuando las relaciones familiares se basan por el poder, se llega a la imposición de la voluntad sobre el otro cónyuge o sobre los hijos ( aquí mando yo y Uds. me tiene que obedecer) el poder lleva a la anarquía y el que le toca obedecer lo hace por temor y no por amor; es muy diferente de la autoridad, ya que esta no se impone sino que se capta, de aquí nace el respeto y el deseo de acatar y obedecer las normas, de una autoridad bien ejercida surgen valores como la obediencia, el respeto y la disciplina que los hijos asimilan y que les servirán para ser personas de bien en la sociedad. La autoridad en la vida familiar la podemos considerar como una misión, que busca el desarrollo y crecimiento personal de los hijos, que les va a posibilitar que aprendan a obedecer para que luego sepan mandar, a ser disciplinados y a respetar a sus semejantes, para que esto se logre es necesario que la autoridad sea ejercida en el amor, buscando el bien del otro y el bienestar de la comunidad familiar, una autoridad sin afecto se vuelve autoritarismo, además esta, debe enseñarse con el ejemplo, si enseñas a obedecer es porque tú también obedeces a otras instancias supriores; de lo contrario el mensaje que se quiere comunicar no es asimilado por el hijo, es necesario ser coherente con lo que se enseña; de esta manera surge la admiración y el afecto que es la base para la obediencia y el cumplimiento de la norma ya que esta es aceptada como parte del aprendizaje para vivir armónicamente en el hogar.
GUSTAVO NARANJO C. Gustavonar1@hotmail.com

invitacion primer congreso de filosofía

Afiche realizado para el primer congreso de Filosofía UNAD

MIS ESCRITOS DE FAMILIA

LA FAMILIA FORMADORA DE PERSONAS
En este espacio amigo lector pretendo hacerte participe de algunas reflexiones sobre la vida familiar, con el animo de impulsarte a mejorar en tus relaciones como padre, madre e hijo en tu núcleo familiar. Quiero analizar contigo, en este primer encuentro, el amor que les debemos brindar a nuestros hijos.

Todos los padres quieren a sus hijos, pero en la mayoría de las veces nos limitamos a ser padres proveedores, que son aquellos que satisfacen todas las necesidades materiales del hogar, olvidándose de que los hijos, necesitan que se les demuestre que se le ama con palabras, caricias, gestos, compañía y asistencia en sus necesidades fundamentales.

No es suficiente con atender cada una de sus necesidades: acudir a consolarle siempre que llore, preocuparse por su sueño, su alimentación etc, los cariños y los mimos también son imprescindibles. No basta con decir que se ama mucho a los hijos, hay que demostrarlo, no solo con palabras sino con acciones concretas; que manifiesten a los hijos con claridad el amor que decimos tenerles.

Hay que recordar que todos los seres humanos necesitamos amar y ser amados y los hijos para poder aprender a amar necesitan sentirse amados, valorados e indispensables en su ambiente familiar y en la relación con sus padres, Se ha demostrado que cuando los padres no escatiman besos y caricias para sus hijos, estos son más felices y se muestran cariñosos con los demás y son más pacientes con sus compañeros de juegos, que quienes en su infancia no recibieron estímulos cariñosas de sus padres.

Hay que manifestarle a los hijos que ellos son lo mas importante para nuestras vidas y y lo mas maravilloso que nos ha podido pasar, hacerles ver que los amamos incondicionalmente, a pesar de las circunstancias, los amamos porque son nuestros hijos; independientemente de su comportamiento en casa o en la escuela.

Solo quien recibe amor desde su niñez, es capaz de transmitirlo mas adelante a las demás personas , quien en su infancia ha tenido carencias en el amor; difícilmente podrá amar en el futuro y se convertirá en un padre incapaz de expresar el amor a sus hijos, por esta razón es necesario no desaprovechar ninguna ocasión para darles un abrazo, un beso, y decirles que los amamos, que se quiere lo mejor para ellos y que por esa razón nos esforzamos para darles lo que necesitan; ellos no se van a malcriar porque reciban muchos mimos como expresión del amor sus padres, al contrario ellos al sentirse amados estarán en capacidad a su vez de brindar amor y sentirán respeto por las normas de convivencia familiar que entenderán y acatarán al darse cuenta que son precisamente reglas que manifiestan también el amor que sus padres les tienen. En conclusión la relación de padres e hijos debe ser fraterna, mas humana; donde se logre el reconocimiento del otro no como un subordinado, sino como un ser que necesita ser contagiado de humanidad. En esa medida la familia será gestora de paz y realización humana. Es necesario por tanto que no solamente los padres atiendan a las necesidades biológicas de sus hijos, sino también a sus necesidades psicosociales que son las que les van a permitir interactuar en la sociedad posibilitándoles ser buenos padres y buenos ciudadanos en el futuro. Gustavo Naranjo C. gustavonar1@hotmail.com celular: 3004016725

LOS HIJOS NO SON NUESTROS HIJOS SON LOS HIJOS DE LA VIDA